Historias en blanco y negro

¿Y si te dijera que hubo un tiempo en que un paseo en colectivo era una aventura, una hamaca podía llevarte hasta las estrellas, y una bolsa de caramelos Suchard era lo más parecido a tocar el cielo con las manos? Este libro es un viaje en el tiempo, pero no al pasado con mayúscula, sino al pasado con olor a pochoclo, con helados compartidos, con parques de diversiones y veranos eternos. Esas historias mínimas que, vistas desde hoy, parecen más grandes que cualquier montaña rusa. Te invito a recorrer estos relatos como quien hojea un viejo álbum de fotos dibujado con crayones. Vas a encontrar monstruos mecánicos, tíos que se juegan la vida por un peluche de feria, colectivos que son naves espaciales y campeonatos del mundo que se escuchan por la radio con el corazón latiendo fuerte. Historias simples, sí. Pero llenas de esa magia que solo tiene la infancia. La tuya, la mía, la de todos. Porque aunque cambien los nombres, los juegos y los barrios¿ en el fondo, todos fuimos ese chico o esa chica que creía que un día con papá era la mejor aventura del mundo.