Descripción
Los cisnes no saben amar
“Yo no soy nadie cuando no amo. Hoy en día, la gente no es nadie cuando no odia. La época lo quiere así. Estoy fuera de época”, le escribió Victoria Ocampo a Albert Camus.
En esta segunda novela distópica de Pablo Kornblum, el amor y las pasiones de un grupo de jóvenes que desean lo mejor para sus vidas, se contrapone con el odio de quienes quieren imponer confusos imperativos ideológicos; los cuales conllevan, indefectiblemente, a un premeditado final de destrucción y muerte.
Entremezclando la utilización de la ciencia y la difusión de la información para lograr su cometido, la narración nunca deja de volver a sus fuentes: la búsqueda de poder y riqueza, denodadamente y sin escrúpulos por parte de unos pocos, en detrimento de unas mayorías que, lejos de comprender lo que ocurre, solo intentan defender lo poco que poseen.
Una guerra mundial entre el capitalismo más despiadado y un enmascarado comunismo tardío, penetra con profundidad en diversas historias familiares conformadas a través de causales propias del interés de las elites: un nacionalismo que propugna el clonar para matar, una política internacional falaz que busca atemperar las tensiones sociales, o el promover incentivos marginales para generar una fantasía de progreso dentro del ‘modo de vida’ sistémico venerado, tienen como objeto inequívoco el mantener el statu-quo.
Finalmente, un monumento que refleja una foto de la historia, nos demuestra que el trascender en la memoria regenera un proceso de reflexión y esperanza; el comprender, con el amor como el faro que alimenta, les permitirá a las futuras generaciones encontrar el camino para con un próspero futuro colectivo.
Porque como diría aquel intempestivo revolucionario, si somos capaces de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, entonces estamos en el mismo barco. En la compleja coyuntura global que estamos viviendo, se torna inmoral pensar en bajarse.
En esta segunda novela distópica de Pablo Kornblum, el amor y las pasiones de un grupo de jóvenes que desean lo mejor para sus vidas, se contrapone con el odio de quienes quieren imponer confusos imperativos ideológicos; los cuales conllevan, indefectiblemente, a un premeditado final de destrucción y muerte.
Entremezclando la utilización de la ciencia y la difusión de la información para lograr su cometido, la narración nunca deja de volver a sus fuentes: la búsqueda de poder y riqueza, denodadamente y sin escrúpulos por parte de unos pocos, en detrimento de unas mayorías que, lejos de comprender lo que ocurre, solo intentan defender lo poco que poseen.
Una guerra mundial entre el capitalismo más despiadado y un enmascarado comunismo tardío, penetra con profundidad en diversas historias familiares conformadas a través de causales propias del interés de las elites: un nacionalismo que propugna el clonar para matar, una política internacional falaz que busca atemperar las tensiones sociales, o el promover incentivos marginales para generar una fantasía de progreso dentro del ‘modo de vida’ sistémico venerado, tienen como objeto inequívoco el mantener el statu-quo.
Finalmente, un monumento que refleja una foto de la historia, nos demuestra que el trascender en la memoria regenera un proceso de reflexión y esperanza; el comprender, con el amor como el faro que alimenta, les permitirá a las futuras generaciones encontrar el camino para con un próspero futuro colectivo.
Porque como diría aquel intempestivo revolucionario, si somos capaces de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, entonces estamos en el mismo barco. En la compleja coyuntura global que estamos viviendo, se torna inmoral pensar en bajarse.