Diablo cosechador

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Autora:
La escritora Adriana Sylvia Narvaja nació en Buenos Aires, República Argentina, un 1ero de abril de 1961. Estudió “Competencia en Periodismo” en el Instituto Grafotécnico/Escuela Superior de Periodismo, y cursó la Beca de la Fundación Noble, y obtuvo las mejores notas de su promoción. Con esa beca, trabajó en el Diario Clarín. En Quilmes, desarrolló su labor periodística en el «Diario Perspectiva Sur », en la Sección Cultural. Da clases de . Comunicación en escuelas del Distrito, y clases particulares de muchas materias que ama, como Literatura, Historia, Geografía. En 2012 publicó su primer libro de ciencia ficción, “Los Encantadores”, editado por la Editorial Babel Books Inc. de Nueva York. En la Argentina, publicó cuentos infantiles en la revista de Anteojito, Jardincito, y en manuales de las Editoriales Kapeluz y Santillana. Tiene un blog que se corresponde con el programa de radio “Algo Especial Protagonista del Presente”, que no está al aire actualmente. Este blog trata temas medioambientales, culturales y espirituales, sus temas preferidos. También tiene películas y el teatro, su gran amor.
En diciembre de 2016, su novela “Los amantes de la calle King” obtiene el Reconocimiento Especial en el Concurso “Quilmes Escribe”, organizado por la Secretaría de Educación, Cultura y Deportes de la Municipalidad de Quilmes. Cursó el “Taller de Divulgación Ambiental” de la Universidad Nacional de Quilmes, temas que trata de volcar en el aula. Actualmente tiene cuatro gatos que no se portan bien. De todo esto, nació “Diablo Cosechador”. Piensa seguir escribiendo, si Dios quiere.

Descripción

Diablo cosechador

 Vivimos en peligro, pero los seres humanos no lo sabemos. Siempre la vida ha sido una lucha, contra los fenómenos de la Naturaleza, contra las enfermedades, contra los animales salvajes. Pero hoy, los peligros se multiplican, se expanden hasta el infinito: calentamiento global, terremotos, tsunamis, inundaciones, deslaves. Y en medio de todo este caos que provocó la pandemia del Covid, algunos hablan de la inminente llegada de seres de otros mundos. Pero otros dicen que estos seres, que no conocemos, ya estuvieron aquí. Incluso dicen que jamás se fueron. Y en nuestros relatos, estos seres vienen, con buenas intenciones unos, con malas intenciones los otros. No sabemos la verdad. Pero en el “Diablo Cosechador” vienen a estudiarnos, y las cosas resultan diferentes de lo que se pensaba. Es lo que el libro trata de contar:cómo un fenómeno tan extraño y bello como los círculos de cosecha (los famosos “crop circles”) son explicados por los personas de maneras diferentes, según la forma de pensar de cada uno. Coexisten varios pensamientos, y gracias a Dios, para el año 1678 ya no estaba permitida la quema de brujas. Pero las mentalidades no cambian, incluso no han cambiado en algunos grupos hasta ahora. Por aquellas épocas el Diablo estaba en todas partes, al acecho para llevarse las almas. Salía de los pozos, vivía en las cavernas, y podía suponerse que en todo lugar oscuro y solitario podíamos encontrarnos con el Maligno. ¡Cruz Diablo! Pero en este caso, el Diablo es otra gente, buena. Pero si fuera “mala”, a la forma del cine de Hollywood, podría invadir Buenos Aires y destruir todo lo que conocemos, como cuenta “Si la vida nos pone al borde”.Habrá que resguardarse. Puede pasar o quizá nos pase lo que le sucedió a una señora del conurbano bonaerense, que encontró un bebé y lo llevó a la casa, para enojo del marido que comenzó a llamarlo Astroboy, porque era azul. Pero este bebé cambiará sus vidas, tocará su corazón. Porque el Amor, el Cuidado y el Cariño también pueden estar en otros mundos. Lo importante es que vuelva a éste, de alguna manera. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. Puede pasar o quizá nos pase lo que le sucedió a una señora del conurbano bonaerense, que encontró un bebé y lo llevó a la casa, para enojo del marido que comenzó a llamarlo Astroboy, porque era azul. Pero este bebé cambiará sus vidas, tocará su corazón. Porque el Amor, el Cuidado y el Cariño también pueden estar en otros mundos. Lo importante es que vuelva a éste, de alguna manera. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. Puede pasar o quizá nos pase lo que le sucedió a una señora del conurbano bonaerense, que encontró un bebé y lo llevó a la casa, para enojo del marido que comenzó a llamarlo Astroboy, porque era azul. Pero este bebé cambiará sus vidas, tocará su corazón. Porque el Amor, el Cuidado y el Cariño también pueden estar en otros mundos. Lo importante es que vuelva a éste, de alguna manera. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. para enojo del marido que comenzó a llamarlo Astroboy, porque era azul. Pero este bebé cambiará sus vidas, tocará su corazón. Porque el Amor, el Cuidado y el Cariño también pueden estar en otros mundos. Lo importante es que vuelva a éste, de alguna manera. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. para enojo del marido que comenzó a llamarlo Astroboy, porque era azul. Pero este bebé cambiará sus vidas, tocará su corazón. Porque el Amor, el Cuidado y el Cariño también pueden estar en otros mundos. Lo importante es que vuelva a éste, de alguna manera. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar. Porque no sólo son los fenómenos de la Naturaleza y las enfermedades los que atacan al Homo Sapiens, especie de la que todos formamos parte. Es el mismo Hombre el que ataca al Hombre, el que inicia las guerras, el culpable de las matanzas, los robos, las agresiones. Y venga quien venga, baje de la nave quien baje, somos nosotros los que tenemos que cambiar.
Adriana Sylvia Narvaja,
periodista y docente de Quilmes, autora.

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