Descripción
PERÓN Y LA VIGENCIA DE SUS IDEAS EN EL SIGLO XXI
Las grandes batallas políticas en nombre de ideales y principios no deben hacernos olvidar que son abstracciones. Su función es la de encuadrar idealmente y dar cohesión a las masas.
Nace de ignorar que el poder surge de la multiplicación; nunca de la suma de factores técnicos y humanos. La verdadera unidad no suma sino que multiplica el poder. Carlos A. Fernández Pardo. El peronismo en la revolución conservadora. Almaluz, 2021.
No puede pasarse por alto que las ideas contemporáneas fueron consecuencia de una poderosa e influyente racionalización del cambio revolucionario.
No en vano, Perón hizo una abundante mención de las revoluciones que acostumbraba llamar “trascendentes”, porque expresaban, irreversibilidad en sus causas y vastos alcances en sus efectos.
Si es recomendable investigar los conflictos políticos y sociales del pasado no debe olvidarse el significado de los conceptos de la época. Esto nos hace ver como entendieron el uso del lenguaje los sectores en conflicto.
En el pensamiento de Perón las etapas nacional, regional y continental se referían a cambios en la línea de la evolución. En cada una de esas integraciones la interferencia de los imperialismos podría introducir perturbaciones.
De todas las destrucciones que se han operado en el país, la peor de todas ha sido la “destrucción del argentino”. La Argentina vivía un proceso de disociación, producto de la división y el fraccionamiento operado dentro del movimiento nacional. Juan D. Perón
El síntoma más grosero de la descomposición es la disociación. Mediante ella, las organizaciones pierden primero la unión y solidaridad necesaria para su cohesión, lo que las lleva paulatinamente a enfrentamientos parciales creados y mantenidos por intereses de círculo que, generalmente, son absolutamente contrarios a la misión de conjunto, porque suelen terminar en un divisionismo suicida que caracteriza a la destrucción final de las organizaciones. Juan D. Perón
“El hombre para la concepción de los fenómenos exteriores y de los fenómenos espirituales internos, debe distinguir tres operaciones fundamentales que la inteligencia humana debe poner en movimiento: una síntesis, que representa la premisa; un análisis, que profundiza y agudiza el estudio, y luego nuevamente, la síntesis, que es la verdadera conclusión de ese estudio, para que el hombre pueda retener siquiera sea lo fundamental, porque el hombre sabe tanto como recuerda.” (Perón, 14 de mayo de 1946).