Descripción
Radio Historias
El advenimiento de una enfermedad pandémica a nivel mundial, con incertidumbre para las poblaciones del planeta, provocó un redimensionamiento en los estamentos de la humanidad.
Podemos decir que después del año 2020, nada será igual. La vida ha guardado rostros, habrá que adivinar las sonrisas detrás de un tapaboca, y tal vez la barba de un hombre dejará de ser estética, al igual que sus bigotes… y las muecas agradables de una mujer quedarán en algún video o WhatsApp. Porque hemos tapado un 50% de la expresión, de aquello que nos caracterizaba en nuestro protocolo cotidiano.
Cuál será mi imagen en una presentación de algún evento, como me sentiré en alguna consulta médica, se borró mi alegría con el mozo en la cafetería y veré un símil de “el zorro” en el hombre de la sortija en la calesita, como corolario la educación será auténtica y decadente.
Hoy los niños miran azorados sin saber muy bien lo que pasa y los jóvenes se rebelan contra todo, desafiando a la parca y diciendo somos inmortales.
De todas maneras, es el aprendizaje que nos toca y el hombre está para vencer los desafíos o al menos no pactar con las dificultades por todo lo enunciado. La gran noticia es que un grupo de escritores y poetas urbanos, más todos aquellos que hacen a nuestra cultura social, englobados en la burbuja de Editorial Almaluz, han desarrollado en esta cuarentena argentina, una serie de ficciones sonoras, conocidas históricamente como radioteatros, con guiones desopilantes motivados por esa eterna búsqueda de hacerle una engañifa futbolística a los cerramientos, virus, cepas, síntomas, asintomáticos, hisopados, jabones, alcoholes y cuanta cosa rara, aportó este enemigo que dice estar en todas partes y a su vez invisible en la detección.
Por eso elevo este prólogo de “ficciones sonoras” al cuidado de nuestros abuelos, a la inocencia de los niños, a los que deseen alimentarse con lectura, al laburo de los laburantes y a todo lo que se perdió sin encontrarnos para buscarlo… en fin… a Dios.
En este libro encontrarán, un espacio de distracción sin reflexiones, donde el imaginario e interpretación de los personajes, nos invita a identificarnos con cada historia que además nos permitirá subirnos al subterráneo del tiempo para sentirnos esenciales de nuestra propia vida y para gritar como en la película, “¡Pucha que vale la pena estar vivos!”
Rodolfo Rodríguez
